La página de Pedro Miranda

Guión de "El aspirante"

Inicio | Biografía | Artículos | Música | Otros Proyectos

Página principal de "El aspirante"

El aspirante

 

 

 

Personajes:

 

JOHN, aspirante al círculo interno de la cofradía de los Caballeros Shinobi

SENSEI, jefe local de la cofradía de los Caballeros Shinobi

LISA, amiga de John, compañera de cofradía

ARROGANTE, agente de la cofradía para la prueba #1

DISIPADO, individuo licencioso y agente de la cofradía para la prueba #2

NINJA, asesino enmascarado, agente de la cofradía para la prueba #3

ROSINNA, antigua novia de John

 

Otros:

Matones del DISIPADO


 

 

 

 

 

 

INTRODUCCION

 

 

 

Una avenida con poco tránsito vehicular. John camina con esfuerzo por el margen. Es un individuo joven, de unos treinta años. Lleva en la mano un bastón negro del que intenta apoyarse. La mano izquierda está ensangrentada, así como la camisa en el costado derecho. Su cara está sucia y presenta diversos golpes y magulladuras. A poca distancia se observa un complejo de apartamentos.

 

 

(Voz en OFF)

 

Es irónico que esto termine cerca de donde empezó...la verdad es que no habría entrado nunca en la cofradía si el papá no hubiese mandado a Rosinna fuera. Habría llevado tal vez...otra vida...qué se yo...

 

Se desploma.


 

                                                 

 

3 DIAS ATRÁS

 

 

 

SEC. 1. INT. DIA

 

Una habitación desprovista de muebles. Sólo una alfombra. El Sensei habla con John.

 

El Sensei es un individuo mayor que John, pero es difícil establecer su edad con precisión. Tiene una persistente actitud analítica. Se expresa con tranquilidad y sin visible emoción, como impartiendo una charla.

 

 

SENSEI: ...es que los Caballeros Shinobi no somos una sociedad común y corriente. Aunque nadie en la calle nos conozca, no por eso somos menos poderosos. Mejor que sea así porque no nos interesa la publicidad ni darnos a conocer de esa manera. Funcionarios del gobierno y altos mandos del ejército y la policía se cuentan entre nuestros clientes más asiduos. Nuestro origen es japonés, como supondrás por el nombre y sobre todo, es muy antiguo.

 

JOHN: Sensei, todavía hoy, después de tanto tiempo, hay muchas cosas que no entiendo. Por ejemplo, el reclutamiento. El criterio...

 

SENSEI (interrumpiendo): John. Ya te lo dije tiempo atrás. No hay nada especial en eso. Los candidatos que nos interesan son los que se han destacado consistentemente en las artes marciales. En tu caso, te teníamos en la mira desde que ganaste el campeonato de Ju-Jutsu. Luego de eso, la beca para el estudio de armas marciales vino de nosotros.

 

JOHN: Sí, ya usted me había dicho. Otra cosa que me extraña, en una época como ésta, dominada por armas de fuego sofisticadas, el interés de la cofradía en el uso de la espada. ¿Hay alguna razón específica para eso?

 

SENSEI: Existe. Pero la respuesta a ésa y a muchas otras interrogantes no puede serte revelada todavía. Todo lo sabrás a su debido tiempo. Si logras superar las pruebas finales a las que serás sometido, los secretos más profundos de nuestra sociedad te serán revelados y pasarás a ser parte de un grupo muy selecto de nosotros que llamamos "el círculo interno". Debes saber que desde ya tienes aquí muchos enemigos, porque otros de tus compañeros no fueron escogidos para estas pruebas.


 

JOHN: ¿Puedo saber de qué se tratan las pruebas?

 

SENSEI: Sólo puedo decirte que en tu caso específico son cuatro. Cada aspirante enfrenta pruebas diferentes en número y forma. Estudiamos cuidadosamente la vida de cada cual, por lo que cada prueba tiene su propósito específico. Tenemos recursos para ello: nuestros servicios son muy bien remunerados. Cuando termine tu preparación y mires en retrospectiva, comprenderás claramente lo que digo.

 

JOHN: Confío que así será. La cofradía es como mi familia, haría cualquier cosa por ella.

 

SENSEI: Me alegra oírte hablar así. ¡Ese es y debe ser el espíritu! Tengo altas expectativas puestas en ti, John. Desde hace muchos años vengo observándote. Una entidad como ésta no se perpetúa por sí sola: requiere reclutamiento cuidadoso e inteligente. Sé que tienes tus defectos, pero estas pruebas completarán perfectamente tu formación. Tus instrucciones están en este sobre. Se limitan a decirte dónde debes ir. No debes fallar.

 

JOHN: No fallaré...aunque imagino que no será fácil.

 

SENSEI (poniéndose de pie para finalizar la reunión): No, no lo será. En ningún sentido.

 

Sale John y el Sensei se queda solo.

 

SENSEI: John, John...siempre has sido un caso único. Por eso sólo la última de tus pruebas es verdaderamente relevante. Porque sólo tienes un defecto...pero es más que suficiente para ser tu perdición.

SEC. 2. INT. DIA

 

Área exterior de una academia, con aspecto de parque. Árboles y algunas mesas y bancos. John y Lisa conversan, sentados en un banco.

 

Lisa viste de negro riguroso. Es una mujer joven y atractiva, pero su rostro luce triste y su mirada se pone dura por momentos.

 

JOHN: Mis pruebas empiezan a partir de mañana. Me siento bastante confiado, pero a pesar de eso estoy algo nervioso.

 

LISA: Es normal. Yo lo estaría también.

 

JOHN: Algo que últimamente me molesta es la actitud de la gente aquí. Parecen como incómodos por haber sido yo uno de los elegidos en esta oportunidad.

 

LISA: Muchos aspirantes tienen años muertos tratando de conseguir un chance. Pertenecer al círculo interno no es sólo un gran logro en términos espirituales, sino materiales. Aunque ninguno de nosotros sepamos exactamente en qué consiste el asunto, es claro que la cofradía te asegura un ingreso por el resto de tu vida. Y no pequeño.

 

JOHN: A mí eso no me interesa para nada. Y aunque me interesara, sería asunto mío, ¿qué tiene eso que ver con ellos?

 

LISA: Envidia, pura envidia. Creen que siendo unos mediocres rastreros van a salir adelante. Pero la cofradía no falla en elegir los mejores, créeme. Claro que los menos dotados atribuyen a un lambonismo superior al de ellos lo que no han podido lograr con habilidad.

 

JOHN: Cuando fui contactado para formar parte de la cofradía, tuve mis reservas. Todavía pienso que algo aquí está raro...algo como que no me cuadra, no sé...ahora lo siento más que nunca, ahora que estoy más cerca de pertenecer de verdad. Pero el Sensei me inspira confianza. El me ha inspirado bastante a continuar. Tú también. Todos estos años, tú siempre has estado conmigo. Me has dado ánimos siempre.

 

LISA: Mira, la verdad es que siempre algo me ha dicho que eres único. Que eres extraordinario. Desde que te vi por primera vez. Y no me equivoqué. Por cierto, algo muy importante...

 

JOHN: Dime...

 

LISA: Toma esto (le da un sorbete). Te será útil. ¿Recuerdas lo que nos contaron del tipo aquel que no se emborrachaba en las bebederas?


 

JOHN: Sí, lo recuerdo.

 

LISA: Muy bien, eso. Recuérdalo. No te puedo decir por qué ahora. Pero lo sabrás más tarde.

 

JOHN: Lo tendré en cuenta. Gracias, Lisa. Hablamos luego, que tengo que empezar a prepararme. Mi jornada empieza mañana en la mañana.

 

LISA: Buena suerte.

 

JOHN: Sí...la necesitaré.

 

John se va bajo la mirada atenta de Lisa.


 

SEC. 3. EXT. DIA

 

Un prado solitario. Un camino rodeado de árboles. John  avanza lentamente por el camino mirando el papel con las direcciones. Lleva un bastón negro en la mano, que oculta una espada muy afilada. Simula que cojea y que se apoya en el bastón.

 

Interceptando el camino, el Arrogante hace su aparición. Es un individuo joven, de estatura regular, con una continua expresión burlona y desdeñosa en la cara.

 

ARROGANTE: Qué tenemos aquí. Otro candidato a caballero del círculo selecto. Otro filete para darle gusto a mi cuchillo.

 

John permanece en silencio, mientras guarda el papel.

 

ARROGANTE: ¿Callado? Entiendo que sientas miedo. Es normal. Y eso, que no tienes idea de quién tienes enfrente. Pero no te preocupes: todo terminará pronto. Hay formas peores de morir. ¿Sabes lo que es esto? (saca una larga tira de papel, que desenrollada llega al suelo). Es la lista de aspirantes a caballeros que he matado. Mi destreza es inigualable, muy comentada y celebrada en las reuniones de los altos mandos. Será un gran honor para ti perder la vida a manos mías. Hombres como yo sí que de verdad nacen una vez cada cien años. Cualquier otro que haya dicho lo mismo estaba hablando disparates.

 

JOHN: En verdad que hay mañanas en que uno se levanta destinado a oír un montón de porquerías.

 

ARROGANTE: Creo que en vez de desperdiciar tus últimas palabras insultando a otros, por demás muy superiores a ti, deberías pensar en tu alma. Te recomiendo una oración...un Padre Nuestro no estaría mal. Pero rápido. No tengo todo el día para matarte. Otro candidato me espera al mediodía.

 

JOHN: Ya veo que alguien se va a saltar una de las pruebas.

 

Ambos se cuadran en posición de combate. Tras unos momentos de estudiarse, el Arrogante se lanza sobre John, quien lo elimina en un abrir y cerrar de ojos. El Arrogante se desploma con un grito apagado.

 

JOHN: (dirigiéndose al cadáver mientras envaina) Creo que te equivocaste de carrera. Como Gerente de Mercadeo, habrías sido muy exitoso.

 

Da la espalda y se aleja.


SEC. 4. DIA

 

John camina lentamente, pretendiendo cojear,  sumido en sus pensamientos. Se detiene un momento y observa detenidamente su bastón negro, en el que se ve  una inscripción en caracteres orientales.

 

SEC 4.1. EXT. DIA (FLASHBACK)

 

John se presenta ante el Sensei, que está sentado en el suelo de una habitación.

 

JOHN: Señor, aquí estoy.

 

SENSEI: John, me informan que ya vas a pasar a prácticas con espadas de verdad. Tu desempeño, disciplina y dedicación hasta ahora han sido sobresalientes.

 

JOHN: Gracias, señor.

 

SENSEI: No me agradezcas lo que no es un elogio. Te llamé para darte algo, como un estímulo para que sigas desarrollándote.

 

Le entrega un bastón negro que esconde una espada de acero.

 

JOHN (Con emoción e inclinándose para agradecer): Es magnífica. Es un gran honor, señor.  ¿Cómo le puedo agradecer?

 

SENSEI: Ya te dije, no me agradezcas. Sigue como vas y eso será poco para lo que recibirás. Fíjate que tu nueva espada tiene una inscripción en japonés. Significa: "Mi fuerza reside en el sueño de quien me guía". Puedes irte ahora.

 

JOHN: ¡Gracias, señor!

 

John sale muy emocionado de la habitación.

 

 

 

 


SEC. 5. EXT. DIA

 

John se acerca a un patio, en una mansión. En una terraza hay una mesa con vasos desechables y dos botellas de whisky. Sentado en una silla está el Disipado.

 

El Disipado es un individuo mayor sin ser anciano, de rostro sonriente y de ánimo festivo. Vientre protuberante que se frota con frecuencia. Varios  individuos de aspecto sombrío están sentados no muy lejos de él: son mortíferos asesinos a su servicio.

 

DISIPADO: ¡El nuevo aspirante al círculo interno! Bienvenido.

 

JOHN: Gracias. Me alegro de haber encontrado la dirección. No fue cosa fácil pero aquí estoy. ¿Cómo le va?

 

DISIPADO: Como ves, muy bien. Siéntate, por favor. La cofradía invita y los tragos hoy corren como río. ¡Me encanta esta prueba! Probablemente no te han dicho nada, pero de lo que ésta se trata es de un duelo de tragos. Gracias a la cofradía, vivo una vida de agradable disipación y nadie me gana bebiendo.

 

JOHN: (en voz baja) ¡Un duelo de tragos! ¡Ahora entiendo! (en voz alta, dirigiéndose al Disipado) Una vida muy agradable, sin duda... (Se sienta)

 

DISIPADO: Te estaba esperando. La regla es que no puedo beber ni una gota antes de empezar el duelo. Por cierto, supongo que también sabes que ante la cofradía usualmente me reservo el derecho de cortarles la cabeza a los aspirantes que fracasan. En el caso tuyo, considerando tus altas calificaciones y el prestigio que te antecede, tu cabeza momificada supondrá una excelente adición a mi cuarto de trofeos. Tengo unas cuantas cabezas de prestigio ahí. Es una pena que no lo llegues a ver en vida.

 

JOHN: Gracias por su aprecio. Pero si mi destino es ser parte de una exhibición, mínimo me debieron haber avisado, para ir a un salón o ponerme algún maquillaje.

 

DISIPADO: Te sientes muy seguro de vencer, ¿eh? Déjame decirte que esta prueba muy pocos aspirantes la pasan. La cofradía no la considera vital, sólo importante. Pero yo me doy el gusto de eliminar a quien me place. Aunque no me conozcas, yo sí he oído hablar de ti y debo confesar que desde hace años esto se ha convertido en un asunto, ejem...personal.  Dejémoslo ahí. Lo que sí te puedo decir, es que es muy importante para mí que mis muchachos te corten la cabeza. No te preocupes, no dolerá - estarás completamente borracho.


 

JOHN: Bueno, así no se me caerá más el pelo. Y no tendré necesidad de hacerme un implante.

 

DISIPADO: (irritado ante la actitud calmada y burlona de John) Ya está bueno de pendejadas. Que empiece la fiesta.

 

JOHN: ¡Que empiece!

 

Se sirven. Cada cual tiene su propia botella de la cual servirse. Bajo la mesa, John sigilosamente saca el sorbete que le dio Lisa y lo clava en la parte inferior de su vaso desechable, haciendo que el whisky fluya a través del sorbete y caiga en la grama debajo de la mesa. Ni el Disipado ni sus matones se dan cuenta de la artimaña.

 

DISIPADO: Debería ponerme en huelga y matar a todos los aspirantes que me envían si la cofradía no cambia el whisky que mandan para la prueba. Pero qué se le va a hacer. Total, a caballo regalado no se le mira el colmillo y menos si incluye la cabeza del jinete, ¿no crees?


SEC 5.1. EXT. TARDE.

 

John y el Disipado continúan bebiendo. En la mesa hay varias botellas de whisky vacías y dos a medio llenar. El Disipado está visiblemente borracho y desaliñado. John, en cambio, no muestra señal alguna de embriaguez.

 

DISIPADO: No...entiendo. ¿Cómo diablos has podido resistir así? (Se pasa las manos por la cara). ¡Es imposible!

 

JOHN: Podríamos decir (tomando un trago de whisky) que siempre he tenido vocación para la vida bohemia...aunque no sea de cerveza que hemos hecho el duelo...

 

DISIPADO: Yo...yo no puedo más. La cabeza me da vueltas y tengo ganas de vomitar. Pero una cosa tengo para decirte: lamentablemente para ti, yo no soy un buen perdedor. En el caso particular tuyo tengo razones especiales para disponer de ti. (Dirigiéndose a sus asesinos) ¡Mátenlo!

 

John se pone de pie rápidamente. Los asesinos lo rodean. Mientras tanto, el Disipado mira con ojos vidriosos el vaso de John y se da cuenta del truco.

 

DISIPADO: Desgraciado. Ya sabía yo que algo raro había. (Saca una pistola y se pone con mucho esfuerzo de pie).  ¡Muérete, maldito!

 

John ve que el Disipado va a disparar. Se voltea y lanza la espada, que alcanza al Disipado antes de poder consumar el hecho. El Disipado se derrumba sobre la mesa, derribando las botellas. Desarmado, John se enfrenta a los asesinos, pero los elimina a todos.

 

JOHN (mirando alrededor con recelo): En verdad que por andar en tragos por poco pierdo la cabeza.

 

 


SEC. 6. TARDE, CASI NOCHE

 

Una avenida con mucho tránsito vehicular. A mucha distancia, se distinguen unos complejos de apartamentos. John camina lentamente en su habitual pretensión  de cojera,  sumido en sus pensamientos.

 

JOHN (voz en OFF): Las casualidades de la vida. Ese complejo de allá debe ser el mismo donde vivía Rosinna con su papá.  El viejo del diablo ese nunca quiso ni verme. Luego la mandaron para fuera. No sé ni dónde. Sin explicación. ¿Sería expresamente para alejarla de mí?...no, no, seamos realistas. Seguro que la mandaron a estudiar o qué se yo.  Por suerte no tuve mucho tiempo para lamentarme. Empecé con la cofradía y no he tenido tiempo para más nada desde entonces. Pero con Rosinna alrededor nunca me habría metido en la cofradía. Y nunca más he sabido de ella. Hacen muchos años ya. Sólo me queda el recuerdo...y esto (Saca del bolsillo un fragmento de madera)

 

SEC 6.1. EXT. DIA (FLASHBACK)

 

John y Rosinna conversan en un mirador, muy cerca el uno del otro.

 

ROSINNA: Te tengo un regalo, lo mandé a grabar hoy. (Saca una cruz de madera) Esta cruz se divide y cada parte la debemos conservar hasta el día que nos casemos. Ese día juntamos la cruz de nuevo y queda unida para siempre. Mi parte dice John, la tuya dice Rosinna. ¿Te gusta?

 

JOHN: Muchísimo. La tendré siempre conmigo.

 

Se abrazan.

 

SEC 6.2. EXT. TARDE, CASI NOCHE.

 

John ha abandonado la avenida. Siguiendo las instrucciones recibidas, toma un atajo por una zona con muchos árboles. Hay mucha neblina. John percibe que algo no anda bien, por lo que se detiene con expresión preocupada. Súbitamente desenvaina y detiene la trayectoria de  un objeto dirigido hacia él. Lo recoge del suelo y lo mira: se trata de un dardo ninja.

 

JOHN: (en voz baja y en guardia, mirando alrededor con rostro preocupado). Muy peligroso. Estas cosas casi siempre están envenenadas.


 

Súbitamente otro dardo lo alcanza en la mano izquierda, al tratar de cubrirse la cara. Se inclina para evitar un tercer dardo, que se clava en un árbol cercano.

 

JOHN: ¡Estoy perdido! (Se arranca el dardo).  

 

De entre los árboles surge el siniestro Ninja, amenazante y silencioso. Viste de negro y  no se distingue con claridad debido a la neblina, que también da un aspecto de irrealidad a la escena.

 

 JOHN: Y éste... ¿de donde salió?

 

El Ninja y John se estudian y empieza el combate. El Ninja parece dominar y consigue herir a John. Ante la mirada asqueada de John, el Ninja introduce los dedos untados de sangre de John bajo su máscara y prueba la sangre. John introduce ajustes en su ataque y defensa, logrando herir al Ninja. Imitando al Ninja, prueba la sangre de éste, pero la escupe con asco. Finalmente el Ninja resulta herido de nuevo y cae de rodillas, perdiendo la espada. John se acerca lentamente.

 

NINJA: Espera, John...no me mates. Soy yo...Lisa (Se quita la máscara)

 

JOHN: (Sorprendido) ¿Qué?  ¿Lisa?

 

LISA (llorosa): Sí, soy yo misma...John, te lo juro...esto no es lo que parece. Hay cosas que no sabes...déjame, déjame que te explique.

 

John se acerca entre confundido y cauteloso.

 

LISA (entre lágrimas y con la cabeza baja): John...perdóname...

 

Saca una espada corta que tenía oculta y sorprende a John, atravesándolo en un costado.

 

LISA: Pero así tiene que ser...

 

Con expresión de incredulidad, John retrocede y cae al suelo. La sangre brota de su costado derecho.

 

LISA: Tienes que morir. Mi misión, mi destino es ser número uno. Tú siempre has sido eres mi principal estorbo...en más de una forma.

 

JOHN: Eso...eso no es verdad. Yo siempre he sido tu amigo.

 

Gradualmente la tristeza va abandonando el rostro de Lisa, siendo reemplazada por una expresión de dureza.

LISA: ¿Amigo? ¿Y quién tiene amigos en la cofradía? Eso sólo se le puede ocurrir a un infantil como tú. (Patea a John en el suelo, que pierde la espada y rueda por el suelo). Siempre te hice creer que era una aspirante. Pero yo pertenezco al círculo interno. La mejor. Mi técnica nunca tuvo igual. Hasta que apareciste tú y al Sensei se le cogió contigo. Lo que más me irrita es ser segunda. En la cofradía, en ti...claro que para ti siempre fui un trapo con el que te sonabas la nariz, maldito.

 

JOHN: No, Lisa...yo...

 

LISA: Cállate. (Vuelve a patear a John) Para mí que tú y el Sensei son un par de maricones. Eso explicaría muchas cosas. Total, qué me importa. ¿Me oyes? ¡No me importas nada ya! ¡Nada! Hoy tú eres historia.

 

Se acerca a rematar a John, quien se  pone de pie tambaleante. Cuando Lisa se acerca, logra esquivar su ataque, recuperar la espada y herirla mortalmente. Lisa suelta la espada corta y con ojos desorbitados, trata de contener inútilmente los intestinos con las dos manos.

 

(Visto desde la distancia) John termina con la agonía de Lisa de un tajo en el cuello.

 

JOHN (Cae de rodillas y se tapa los ojos): ¡Dios! ¡Por qué las cosas tienen que ser así!

 

Solloza en silencio.


 

SEC. 7. EXT. ANOCHECE

 

Una avenida con poco tránsito vehicular. John camina con esfuerzo por el margen  intentando apoyarse en el bastón. La mano izquierda está ensangrentada, así como la camisa en el costado derecho. Su cara está sucia y presenta diversos golpes y magulladuras. A poca distancia se observa un complejo de apartamentos.

 

Se desploma de la debilidad, pero se pone de pie trabajosamente y sigue caminando. Se nota que deja un rastro de sangre al andar.

 

JOHN (voz en OFF): No entiendo. El veneno no ha hecho efecto. Pero si esto sigue así no hará falta veneno...estoy perdiendo mucha sangre.

 

Cae de nuevo, primero de rodillas y luego al intentar levantarse, le fallan las piernas y cae completamente al suelo.

 

JOHN (voz en OFF, sonrisa débil de cara al suelo. Le pesan los párpados): Se siente bien el descanso. (Pausa)  Tanta sangre, tanto odio...si aquí termina todo para mí, no estará mal. No se perderá nada. Nadie, ni yo, va a lamentarlo. No me hace falta vivir, como para tener miedo de morir.

 

Cierra los ojos.

 

SEC 7.1. EXT. NOCHE

 

Un carro se detiene en el margen de una avenida poco transitada. Una mujer joven y muy bella, de algunos veintisiete o veintiocho años, se desmonta y se dirige hacia John, que está tirado en el suelo.

 

ROSINNA: ¡John!

 

Examina a John. Todavía respira.

 

ROSINNA: Está más muerto que vivo.

 

Lo introduce con mucho esfuerzo en el carro.

 


SEC. 8.  INT. DIA.

 

John se despierta en un sofá, en la sala de un apartamento de tamaño regular. Tiene la mano izquierda vendada, así como el costado  y tiene bandas en la cara. Busca ansiosamente el bastón con la mirada y lo descubre en el suelo al lado del sofá. Se apoya en el bastón para incorporarse. Rosinna ve que despertó y se aproxima a él.

 

JOHN: ¿Rosinna? ¿Estoy soñando o qué?

 

ROSINNA: No, no es un sueño. ¡Cuánto tiempo, eh, John!

 

JOHN: Estoy muy confundido...no sé ni cómo llegué aquí.

 

ROSINNA: Estabas mal herido cuando te encontré. Pero tu capacidad de recuperación es asombrosa. Estabas desmayado, pero ya ni siquiera sangrabas.

 

John mira el vendaje en su costado y recuerda lo sucedido, pero calla prudentemente.

 

JOHN: Fue...fue que me asaltaron. ¿Cuánto tiempo tengo aquí?

 

ROSINNA: Un par de días. Tienes suerte: ninguna herida afectó órganos vitales.

 

JOHN: Me alegro de estar vivo. Pero mucho más me alegro de verte.

 

ROSINNA: ¿Cómo te sientes ahora?

 

JOHN: Creo que sobreviviré. Si después de todo todavía estoy vivo, seguiré así...

 

ROSINNA: Cuando te vi tirado envuelto en sangre, pensé que después de tanto tiempo sin verte, te iba a encontrar hecho un cadáver.

 

JOHN: Pues no fue así. Pero que me encontraras me parece una casualidad tan increíble... Cuéntame de ti. ¿Estás....casada? ¿Hijos? Supongo que éste era el apartamento donde vivías con tu papá, pero si nunca me quiso ver, aquí no me querría ni de relajo. Imagino que no vive contigo ya.

 

ROSINNA: Sí, este es el apartamento que era de mi papá. Vivo aquí, pero no me he casado. Mi papá vive en otro lado, le ha ido muy bien con los negocios.

 

JOHN: En aquellos tiempos teníamos planes de casarnos.

 

ROSINNA: Hacen muchos años ya. Éramos muy jóvenes.

 

JOHN: Un día desapareciste y no te volví a ver...

 

 

ROSINNA: Fue mi papá...El tenía cierto rechazo por ti.  Pero años después te buscó y trató de verse contigo. Y no pudo.

 

JOHN: Bueno, eso después de todo tiene sentido. No he estado muy en la calle que digamos en los últimos tiempos.

 

ROSINNA: Tengo que salir un momento, John. Pero vuelvo pronto. Siéntete como en tu casa.

 

JOHN: Gracias por todo, Rosinna. Aquí estaré.

 

ROSINNA: Adiós.

 

John la mira detenidamente mientras sale. La puerta se cierra y John queda solo.

 

JOHN (Voz en OFF): Las cosas suceden por alguna razón. Quizás esto sucede para que deje atrás tanta violencia y tanta sangre.

 

Saca del bolsillo y besa el fragmento de la cruz de madera.

 


SEC. 9. INT. DIA.

 

John está tirado en un sofá cuando la puerta se abre de repente y para su sorpresa, es el Sensei.

 

JOHN: (poniéndose de pie) ¡Señor! ¡No lo esperaba!

 

SENSEI: Imagino que no. He venido para tu última prueba. Ya es hora.

 

JOHN: ¿La...última prueba? ¿Aquí?

 

SENSEI: Sí, efectivamente. Las cosas han salido casi exactamente como las planifiqué al principio. Aunque Giovanni y Lisa no habrían muerto si se hubieran llevado de mí. Todo eso fue consecuencia de la testarudez y de poner sus sentimientos por encima de la lealtad a la cofradía.

 

JOHN: Supongo entonces que usted está enterado de todo. Si, lo de Lisa fue muy duro para mí. En cuanto al tal Giovanni, no sé de quién habla. No conozco a ningún Giovanni.

 

SENSEI: El tipo de tu segunda prueba. Aquel del duelo de bebida. 

 

JOHN: Ah, OK, ese...Bueno, yo no tenía nada personal en contra de él. Sólo me defendí.

 

SENSEI: Lo sé. En cuanto a Lisa, ni remotamente iba a participar en tus pruebas. Fue ella que insistió por años. ¡Años!  Estaba claramente obsesionada contigo. Insistió tanto que me cansé y prácticamente la mandé a la muerte. Ella no debía usar veneno, pero en su situación me di cuenta de que no iba a actuar según las reglas, así que me aseguré de que el supuesto "veneno" que usara en las armas fuera completamente inofensivo.

 

JOHN (Pensativo): Eso hace sentido. Lo que no entiendo es lo del Giovanni ese y qué tiene que ver conmigo.

 

SENSEI: De hoy en adelante no hay secretos para ti. Todo lo sabrás.

 

JOHN: Entonces, la cofradía....

 

SENSEI: ...es la institución de asesinos a sueldo más sofisticada del mundo.

 

JOHN: ¿Asesinos a sueldo?  ¿Todos estos años he pertenecido a una banda de criminales? La verdad...en el fondo estuvo siempre delante de mis ojos. ¡Tanto entrenamiento para matar gente con perfección no podía tener otro objetivo!


 

SENSEI: Banda de criminales suena muy bajo para lo que somos. Somos y siempre hemos sido muy poderosos. En países subdesarrollados como éste es que más filiales tenemos. Aunque en los países desarrollados es que mejor pagan por nuestros servicios.


(Mira atentamente a John, como tratando de descifrar lo que piensa, pero éste permanece con expresión neutral.  Así que continúa).

 

SENSEI: Una vez querías saber por qué el uso de espadas. Un servicio perfecto para nuestros usuarios es un asesinato perfectamente ejecutado. Sin arma homicida, sin rastros. Las espadas son perfectas para nuestros fines. De una bala se puede inferir mucho, pero las armas blancas son  silenciosas, baratas y en manos de gente como nosotros, muy efectivas. Los trabajos que hacemos...

 

JOHN (interrumpiendo): Diga mejor, los asesinatos de personas inocentes.

 

SENSEI: No son personas "inocentes". Son objetivos. Tampoco es que siempre sean tan "inocentes" como los describes. Total. Tú menos que nadie puedes hablar. Tengo años observándote. Eres un asesino nato: frío, implacable, poco menos que infalible. No te tiembla el pulso para matar a nadie, ni siquiera te tembló para terminar con tu mejor amiga. Tú eres la persona indicada para tomar mi lugar algún día. Ahora que sabes la naturaleza de los Caballeros Shinobi, ¿Estás dispuesto a pertenecer al círculo interno?

 

JOHN: Sensei...usted se equivoca. Yo...yo no soy un asesino. He matado siempre en defensa propia. No podría...ejecutar a nadie. Además, estoy considerando dejar la cofradía. Y si me va como espero, hasta quizás me case.

 

SENSEI: Claro. Claro. Eso, exacto. Eso es lo único que siempre te faltó trabajar. Ese asunto tuyo con la muchacha aquella. Al principio era un estorbo hasta para que pertenecieras a la cofradía. Así que contactamos a Giovanni de inmediato. Y entre todos llegamos a un acuerdo satisfactorio...

 

JOHN (Visiblemente nervioso): No sé, no sé de qué habla.

 

SENSEI (Continuando): ...porque todo el mundo tiene un precio. Así mismo. Nos costó mucho dinero. Pero no reparamos en gastos cuando se trata de un buen prospecto, porque una sola misión exitosa recupera la inversión. El problema fue que Giovanni terminó viéndote como una amenaza a su nivel de vida. Temía que su hija rompiera el acuerdo para irse contigo.

 

Entra Rosinna e interrumpe la conversación, con lágrimas en los ojos.

 

ROSINNA: (abraza al Sensei): Él estaba muy equivocado.  Pobre papá...tenía tantos proyectos...tantas ganas de vivir. (Se dirige al Sensei) ¿Por qué no me habías dicho que papá fue asesinado?

 

SENSEI: ¿Y lo preguntas?

 

Rosinna baja la cabeza, pero la levante de nuevo y mira a John con rabia apenas contenida.

 

JOHN: ¡Rosinna...!  Créeme...Yo...yo no sabía...

 

ROSINNA: (Llorando)  Tratándose de matar gente eres muy hábil. Pero para todo lo demás, eres un imbécil a tu conveniencia.

 

El Sensei le hace un gesto a Rosinna para que se calme y ella adopta una actitud de resignación, pero de vez en cuando dirige miradas de odio hacia John. Al ver que se ha calmado, el Sensei se dirige a John.

 

SENSEI: John, ésta es tu prueba final. Aquí se prueba tu lealtad a la cofradía y a tus superiores. Tienes que tomar la decisión. No puedes vencernos. Únete a nosotros. Seremos más que una familia para ti. Una familia muy poderosa.  ¿Estás dispuesto?

 

John baja la cabeza. Un momento de silencio. Mira brevemente a Rosinna, que sigue mirándolo con odio. Entonces baja la cabeza de nuevo.

 

JOHN: Ya nada tiene sentido para mí. Nada de lo que soy, nada de lo que he sido hasta hoy. Pero ya de sangre he tenido suficiente.

 

Levanta la cabeza, luce decidido.

 

JOHN: Esta es mi respuesta: no soy, no quiero ser un asesino. No quiero nada con ustedes. Olvídense de mí.

 

John avanza hacia la puerta. El Sensei luce muy decepcionado, pero desenvaina  y detiene a John con la espada. Rosinna saca una pistola.

 

SENSEI: John, no es así tan fácil. Ahora sabes más de lo que debes saber. Si tu respuesta es no, de aquí no puedes salir vivo.

 

JOHN: Así sea.

 

John retrocede y adopta una actitud defensiva. A su vez, Rosinna levanta el arma y le apunta.  El Sensei le baja el arma con la mano y hace un gesto de inconformidad por unos instantes.

 

SENSEI (Siempre tranquilo y con actitud analítica): Este será un desperdicio muy lamentable. Aunque como duelo sea un reto interesante.

 

El Sensei súbitamente ataca a John, quien está todavía visiblemente débil, pero se defiende como puede. Sus heridas claramente han vuelto a sangrar. El Sensei sin duda es la fuerza dominante en la pelea,  pero eso no tranquiliza a Rosinna, que está excitada y nerviosa. Finalmente ella se desespera y levanta el arma para matar a John, quien está de espaldas. John ve el reflejo en el cristal de un cuadro y se inclina a tiempo. El disparo alcanza al Sensei en el pecho. El Sensei se derrumba, con la misma apariencia analítica que ni siquiera en esas circunstancias le abandona.

 

ROSINNA: (Corre hacia el Sensei y lo toma en sus brazos. El Sensei intenta inútilmente decir algo, pero muere). ¡No! ¡No es justo, no! (Rosinna se levanta con decisión y renovadas lágrimas en los ojos. Apunta a John con la pistola).

 

JOHN (Con ojos húmedos): Rosinna...

 

ROSINNA: ¡Maldito desgraciado! ¡Todavía no nos has matado a todos!

 

JOHN: Rosinna...tú no eres así. Dejemos todo esto atrás...

 

John cierra los ojos con fuerza.

 

ROSINNA: ¿Qué diablos sabes tú de cómo soy yo? El (señala al Sensei) y yo llevábamos  ya bastante tiempo juntos. Y por tu culpa murió. También mataste a mi padre. Mataste a tu amiga. Has matado a todo el que te rodea. Ave de mal agüero, eso es lo que eres. ¡Vete al infierno de donde saliste!

 

Todavía con los ojos cerrados, John levanta la espada y lanza un tajo en el momento en que Rosinna dispara. John siente el impacto de la bala y cae de rodillas, sollozando en silencio. Deja caer la espada. Se nota que está sangrando profusamente. Detrás (borrosamente) se ve a Rosinna desplomarse.


 

SEC 9.1. EXT. ATARDECER.

 

Un camino solitario. John camina lentamente, como siempre pretendiendo cojear y apoyarse en el bastón. Viste distinto. Mira a la distancia y ve el complejo donde vivía Rosinna. Saca del bolsillo el fragmento de madera que Rosinna le dio, lo mueve en los dedos por un instante, como pensando. Entonces lo tira lejos.

 

JOHN (voz en OFF): Es como no haber vivido. Ni antes ni después. Todo en mi vida ha  resultado una ilusión. He vivido queriendo atrapar al viento. Jugando con la muerte. Pero por alguna razón, sigo vivo. Y mientras hay vida hay esperanza. Y si hay esperanza, también puede haber otra vida...

 

John se detiene y mira el bastón por unos momentos. Desenvaina y envaina rápidamente. Respira hondo. De repente tira lejos el bastón. Entonces  empieza a caminar erguido, normalmente, hacia el atardecer.

 

 

FIN

Material propiedad de Pedro Miranda, © 2004, 2005